martes, 31 de julio de 2012

Increíble cómo la misma persona que te llenó de mariposas el estómago miles de veces es la misma por la cual estas llorando. Increíble que esa misma persona que te prendió fuego y que, a la vez, te congeló, ahora te lastimó tanto que preferís imaginar una vida en la que no existe, en la que no está.
Pero no. No podes. No se puede. Una persona llega y deja su huella, nunca pasa desapercibida, te marca, para bien o para mal, te tatúa.
Y así fue como llegaste, sin importarte nada, llegaste para destrozarlo todo, para dejar golpes, caricias, cicatrices y sonrisas guardadas en el fondo de mi corazón, ese que hoy no es más que un simple moretón.